viernes, 16 de noviembre de 2012

Ojos

Todos somos Uno, pienso, mientras escucho la canción terminada. Ni yo creería que nació en las islas Maldivas, mirando extraños peces de colores, movidos por la voz de Thom Yorke. Alguien había visto eso, y era yo.

Como también había visto calles, edificios, camas, relojes, patios y plantas, por los ojos de alguien llamado M. Estaba segura de que se trataba de imágenes de Montevideo, y si no lo eran, tenían que ser del Río de la Plata. Las conocía demasiado bien...

Entonces me entró mucha curiosidad por saber quien era que veía esas cosas y las filmaba. Debía de ser un amigo mío, estaba segura, alguien con quien yo había compartido lugares, formas de hacer música, impresiones.

Pero resulta que este ser se encontraba en Barcelona y nunca había pisado Montevideo, ni Buenos Aires.

Pero eso es historia vieja... porque poco duró mi amistad con este hombre. Había muchas cosas que no me gustaban, se las dije, y no le gustó. Cuando grabé la canción (muy bajita, metida en el baño), le envié la primer versión, pero le entró por un oído y le salió por otro, o ni siquiera le entró. Sin embargo él había visto como yo.

Este encuentro me hizo añorar encontrarme con alguien que viera como yo, pero desde adentro,  más allá de influencias musicales y sensaciones opresivas tales como las conocemos por estas tierras. Y lo que me dejó muy claro todo esto, es que estaba sola.

Al fin había llegado al fondo del asunto. Todo se veía mucho más claro. En qué se había transformado mi vida sin música?

Después vino la canción Nubes, porque me había reencontrado, y a la vez me encontraba con muchas personas hermosas que veían algunas cosas como yo, unos unas cosas, otros otras, y así... También descubrí que cuanto mayor es mi encuentro conmigo misma y me abro al misterio de la vida sin esperar resultados, aparecen personas que siento especiales porque vibran de una forma muy parecida a la mía.

Iván, mi amigo Tlacactoc, seguro que vio otras cosas mientras se sumergía en la canción para volar con ella a otros espacios, y completarla así, de la forma perfecta... alquimia musical podría decirse...

Ahora estoy en paz, porque he encontrado algo más que ojos en este mundo. La canción adquirió otros sentidos, la danza está sucediendo en cada momento, y  yo no opongo resistencia.

http://soundcloud.com/velvetdream/ojos


sábado, 29 de septiembre de 2012

Nubes de frío



Este invierno fue muy frío, y el aire se colaba por todas las rendijas, así que había que abrigarse mucho. Casi a orillas del mar, en una cabaña a medio terminar, después de tener mi música latente por más de 5 años, algo comenzó a despertar.

Ese día había subido un cover del tema Cerca del Mar, de Neoh 23 que hicimos con Rayo en el 2005, y afortunadamente inmediatamente lo escuchó Willy, el cantante. Me escribió diciendo que le había encantado la canción y que muchas veces se había imaginado una versión muy parecida a la que habíamos hecho. 
Me quedé súper contenta y entré en un estado especial, donde el tiempo dejó de existir y pude sumergirme en una música que me rondaba desde hacía años, cuando vivía en la costa de Galicia.

En mi querido y nostálgico arpegio (mi única creación musical en años) comenzó a deslizarse una melodía que enseguida se llenó de palabras,  que sólo contaban lo que internamente me hallaba viviendo en ese momento. 
Grabé lo que había salido en el mp3, cantando bajito para no despertar a nadie. Era mi segunda canción de ese invierno luego de tanto tiempo. Y allí se quedó, durmiendo un par de meses más, hasta que se pasara el frío. 

Mientras tanto, los hilos se fueron tejiendo en redes mágicas y amigables que en vez de atraparme me sostenían e impulsaban, como las que hay debajo de los trapecios... ahhh, los trapecios...
En uno de esos saltos de acrobacia cósmica me encontré con Tlacactoc, o más bien lo descubrí luego de estar un año contactados en el facebook. ¿Qué querría decir su nombre? La curiosidad me llevó a enterarme de que también era músico, aunque él aún no lo supiera del todo, y se me pasó la loca idea de que podríamos hacer algo juntos. 

No diré que me encantó lo primero que escuché de mi amigo (Tlacactoc=vacío), más bien me rompió un poco los esquemas y eso me gustó. Le hice la propuesta, mientras nos íbamos encontrando, o reencontrando,  como antiguos cómplices que tienen que ponerse al día. 

Tenía instalado el Cubase, y la tarjeta de sonido, sólo me faltaba conectar el micro y que funcionaran los cables. Ese día mi amigo estaba conectado, y mientras yo grababa la canción,  iba compartiendo con él mi aventura, desde tantos miles de kilómetros él me estaba apoyando y acompañando. Y así como salió se lo entregué,  para que hiciera lo que quisiera... porque sabía que era alguien a quien podía confiar mis tesoros.

También a él le llevó poco tiempo hacer de mis dos pistas desnudas una verdadera canción. Pactamos decirnos todo lo que no nos gustara, para hacer las cosas de forma fluida y pura. 

Hasta ahora no deja de fascinarme lo que hicimos, él le dio la magia y el brillo a mi hechizo, y me llevó a volver a sentir el placer de hacer arte con otra persona. No sabemos como seguirá esto, a lo que llamamos Velvet Dream, pero ambos disfrutamos de ese misterio... 


domingo, 12 de agosto de 2012

rabietas de amor

Superar el apego en las relaciones de pareja, debe ser mi aprendizaje más difícil en esta vida. Cuando alguien me gustaba,  lo quería todo para mi, mio mio mio, y además de inmediato.
En estos días he estado escuchando nuevamente Portishead, y vi el video de All mine, Dios mío, qué dolor. No quiero que eso me pase nunca más.
Recuerdo cuando conocí a Pablo. A los pocos días sabía que tenía que ser para mí. No podía ser de otra forma, si era obvio que estábamos hechos el uno para el otro. Debía ser mi novio fuera como fuera, jajaja.
Pero no me resultó tan sencillo. 
Me invitó a su cumpleaños y el panorama que me encontré fue terrible, una chica se le sentaba en las rodillas. Quién era esa?, la hippilla le decían, Dios, tenía que eliminarla de mi camino... 
Cómo era posible que Pablo todavía no se hubiera dado cuenta de que estábamos hechos para estar juntos! Qué hacía con esa perdiendo el tiempo?. Fue tanto el dolor,  que me vino una rabieta de amor, la primera de mi vida. Hasta el punto que tuvieron que asistirme algunos invitados a la reunión a los que ni siquiera conocía... menos mal que me atacó en la vereda, porque en realidad todo lo ví por la ventana, pero fue suficiente.
Empecé a llorar como una marrana, no podía parar, gritaba en un mar de lágrimas, tirada en el suelo, apenas si podía respirar. Creía que Pablo no me quería. Qué iba a hacer ahora?, sólo me esperaba el sufrimiento, la angustia, la terrible separación de lo que creía era el amor de mi vida. 
No recuerdo como terminó todo, qué hice, como llegué a mi casa. Creo que alguien me consoló diciéndome que todavía no eran novios, que estaban en eso... bueno, eso significaba que tenía que actuar rápido, todavía no estaba todo perdido. 
Cómo iba a saber, que ese dolor en el corazón podría haber sido el mismo que sintió Pablo cuando en ese mismo cuarto donde lo vi con Mónica (así se llamaba la piba) se tiró encima de un cuchillo para ver si podía atravesarse el pecho.... porque creía que yo ya no lo quería...






no sé que estoy haciendo aquí

No vengo por aquí desde hace mucho tiempo. En realidad es como el pedazo de ciberespacio que guardo para Pablo. Claro, como no voy a los cementerios, bueno, vengo por aquí de vez en cuando.

Lo que ha pasado es que me han llegado algunas señales de mi amigo últimamente. El día de mi cumpleaños sobretodo, me hizo una linda guiñada mientras hablábamos de la quiniela con Verónica y con Manuel.
Recordé la "quiniela científica", que habíamos inventado para no perder nunca, los alfajores milka, cuando recién salieron, que tenían mucho dulce de leche, y los primeros 5 de oro que levantábamos en el quiosco; ese pequeño mundo, las buenas salenas, que a veces también se convertía en recinto amoroso.

Pero no terminó todo ahí, porque mi plan de postre para el día de mi cumple era enteramente de Pablo. Tanto hablar con Vero, pensé en no hacerlo, para no interrumpir la charla. Pero fue ella la que me insistió en que preparara la delicia que le había prometido. Y bueno, hasta nos dio el tiempo para ponerla en el congelador y comerla fresquita.

Este es el postre que él me enseñó:  en un molde, puede ser de vidrio, cuadrado o rectangular, poner una capa de galletitas chiquilín (de chocolate) y rociarlas con café amargo, luego una capa de una mezcla hecha con queso talar (queso sin sal, tipo cuajada), pero como no tenía le puse una ricota conaprole, y dulce de leche, luego otra capa de galletitas, café, mezcla de queso con dulce de leche, y así, hasta que alcancen los ingredientes. Luego  congelar.
Quedó riquísima.

Y finalmente otra señal de que mi amigo, novio, amante, hermano, hijo y por sobre todo compañero, que tanto extraño, estaba festejando conmigo mi cumple. Bueno, fue el disco de Bowie, The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, porque alguien metió algún tema en el facebook, y bueno, recordé muchos momentos. Cuando nos compramos la versión de lujo brasilera en vinilo, que luego partimos al medio en una pelea, para quedarnos con  una mitad cada uno, velvet goldmine, five years...

Bueno, muchas cosas sentí en esos días,  parecía que lo tenía al lado....



lunes, 12 de febrero de 2007

imagenes internas


bueno, les dejo un link para entrar a esta página de pablo, es un amigo del corazón, un cronopio por siempre, visítenla

domingo, 11 de febrero de 2007

julieta y los espiritus




cuando supe que podria quedarme poco tiempo en esta tierra, empece mi amistad con la muerte, hicimos un pacto, sabiendo que ella estaba siempre a mi izquierda, deje que me empujara desde lo mejor de mí hacia la vida, y limpiándome el sudor de las cavernas, desde el vacío, madre de todas las cosas, empece a hacer canciones. julieta y los espíritus eramos tres, keni (bajo), ale (batería) y yo (guitarra eléctrica y voz). grabamos varios temas en un fiel portaestudio de cassette de cuatro pistas, que algun día quizás re masterice para divertirme un poco.